Sobre tintes naturales

 

Todos los colores de nuestros tejidos proceden de fuentes naturales. La mayoría provienen de lo que cultivo en mi jardín tintóreo, muchos otros de lo que recojo en la naturaleza y unos pocos vienen de proveedores especializados.

Para mí es muy importante promover el uso de fuentes colorantes de los recursos botánicos de mi zona. Conocer, estudiar, experimentar y registrar procesos y resultados es parte de mi rutina diaria. Un proceso que agrega valor a la flora local.

 

Como también lo es el resurgimiento del cultivo y uso de plantas tradicionalmente empleadas para la tintorería, que han sido de gran importancia durante siglos y que han caído en el olvido con la aparición de los tintes sintéticos. Aquí es donde se unen la biología, la ecología, la química, la agronomía y la historia. Los tintes naturales existen desde hace más tiempo que los tintes sintéticos, por lo que durante varios siglos toda vestimenta o textil se teñía exclusivamente con colores naturales. Imaginad hasta qué punto fue determinante el cultivo y el comercio de estas especies de plantas en la antigüedad.

 

 

Sin mencionar que antiguamente no todo el mundo tenía acceso a vestir del color que quería. Algunos colores eran tan caros de producir que solo estaban destinados a reyes y altos cargos. Hoy en día, muchos de estos colores todavía están asociados a la monarquía o la iglesia. Aquellos con menos poder adquisitivo, que no podían permitirse pagar un servicio de teñido, tenían que vestir de blanco.

Esto me lleva a explicar que los tintes naturales sólo se pueden utilizar sobre fibras naturales, y esto se explica por la estructura molecular de las fibras sintéticas y las naturales. Las fibras sintéticas simplemente no tienen enlaces compatibles a nivel molecular con las moléculas de tinte natural, por lo que es imposible que ambas formen puentes o enlaces estables. Por lo tanto, todas las fibras con las que trabajo son naturales, es decir, son fibras proteicas (provienen de animales: lana, seda, alpaca, mohair, etc.) o fibras celulósicas (provienen de plantas: algodón, lino, ramio, cáñamo, etc.). .).

 

 

El proceso

Lavado

Lo primero que hago es lavar bien las telas, un paso que parece rutinario pero que es muy importante. Las fibras naturales vienen con grasas, pectinas, ceras o impurezas que es necesario eliminar de forma eficaz para obtener un buen resultado de teñido.

Mordentado

El siguiente paso es mordentar. Los mordientes son sales metálicas que forman enlaces estables tanto con la fibra como con las moléculas de tinte. Son como un puente que une ambas partes, porque en general los tintes naturales no tienen gran afinidad por las fibras naturales (y menos por las fibras celulósicas), por lo que hay que preparar los tejidos con mordientes para que los tintes se adhieran a las fibras. Hay varias sales metálicas que se pueden utilizar para mordentar y la elección del mordiente es un elemento importante de creatividad, ya que el tipo de mordiente define el color final de la pieza.

Teñido y Estampado

Después del mordentado podemos teñir y/o estampar la pieza. Existen diferentes protocolos en función del material que utilicemos: flores, hojas, tallos, corteza, raíces… pero por lo general debemos obtener una especie de infusión en la que sumergimos y cocemos el tejido durante un tiempo determinado. En la estampación botánica se produce una transferencia directa de las moléculas colorantes de las plantas al tejido aplicando la temperatura, humedad y presión adecuadas. Este proceso genera siluetas y estampados botánicos coloridos y muy definidos.